A través del Rayo Hewitt capítulo 5

 Lucile ha hecho contacto con la segunda evolución de la cuarta dimensión, una sociedad gobernada por mujeres que la ha deslumbrado. ¿Qué sorpresas le esperan explorando esta civilización?



Capitulo V


Exploración

Calissia resultó ser una agradable compañera y me llevo a explorar la ciudad. Bajamos por un agujero expreso desde el tercer piso al onceavo. Ahí trabajaban las científicas.

El piso entero era un inmenso laboratorio y conocí a muchas mujeres que habían oído hablar de mi presencia y estaban ansiosas por conocerme. Muchas de ellas intentaron explicarme lo maravilloso de sus experimentos pero me temo que la mayoría eran demasiado complejos para mí. Pero papá la hubiera pasado de maravillas.

En el doceavo piso estaban las habitaciones de los hombres destinados para la reproducción. Debo admitir que estaba ansiosa por conocerlos. Fuimos directamente a la sala de recreación donde encontramos a cientos de hombres, algunos caminaban sin rumbo y otros estaban recostados leyendo. No eran tan altos como las mujeres y estaban vestidos prácticamente de la misma manera. Esperaba encontrar un grupo de timoratas criaturas pero en su lugar encontré un grupo de hombres que excepto por su particular cabello hasta los hombros podrían pasar por hombres de mi propio mundo.

En el piso siguiente, sin embargo, mis expectativas estaban mas que justificadas. Los hombres en ese lugar estaban peinados y perfumados y con sofisticadas vestimentas, no pude soportar su timorata mirada por lo que le pedí a Calissia que nos largáramos de inmediato.

El quinceavo piso albergaba la guardería de la ciudad, donde niños y niñas eran cuidados por los insectos gigantes. ¡Esos pobres pequeñuelos! Lo único que hacían eran caminar muy seriamente de aquí para allá o jugar tranquilamente con juguetes educativos. No parecían tener la misma espontaneidad y alegría de vivir característico en los niños y niñas de nuestro mundo.

En el piso dieciséis estaba el hospital, las mujeres ejercían como doctoras y asistentes trabajando en forma mas que eficiente. Recorrimos los siguientes catorce pisos donde conocí las fabricas y los centros de manufacturas.

El piso treinta y uno lo exploré extensivamente.

Preparaban grandes cantidades de comida y pensé qué alivio representaría un sistema así para miles de agotadas amas de casa. Utilizaban gigantescos refrigeradores automáticos para mantener la comida fresca.

A continuación, visitamos los niveles agrícolas. Desde el piso treinta y dos al cincuenta incluido donde habían hectáreas tras hectáreas de cultivos. Con inmensas luces colgando sobre ellos para proporcionar la luz solar necesaria para que crezca el alimento, y con un sofisticado sistema de irrigación. Aquí también estaban los insectos, de aquí para allá manejando la producción industrial de alimentos.

El piso cincuenta y uno estaba, según me informó Calissia, destinado para uso exclusivo de las hormigas gigantes, donde vivían, se reproducían y se las entrenaba. Cuando decline visitar ese piso Calissia sugirió que deberíamos regresar al apartamento de Mavia.

¿No hay mas pisos que estos?pregunté.

Si clarorespondió Calissia. Muchos mas, algunos incluso bajo la tierra, pero se utilizan principalmente como graneros, depósitos y mausoleos para las cenizas de nuestros muertos. Y debajo de eso están las antiguas prisiones que han quedado en desuso.

¿Qué hacen con los prisioneros si ya no utilizan las prisiones?

No tenemos prisioneros. Si alguien manifiesta una tendencia criminal la tratamos científicamente para erradicar tales impulsos. Si los tratamientos son efectivos es devuelta a la sociedad. Si no lo son, nos deshacemos de ella en forma indolora.

En el camino de vuelta mientras subíamos por el foso, Calissia me enseñó los contenedores de donde emanaba la luz solar artificial sanitaria que se difuminaba en forma equilibrada sobre toda la ciudad. Y junto a ella, la máquina que fabricaba el aire artificial que respiraban.

Para entonces habían llegado a un foso expreso que nos llevo directamente al tercer piso. Sentí curiosidad por la fuerza invisible que nos hacia subir rápidamente por el foso y pregunté cómo funcionaba. Calissia me explicó que a diferencia de los que fosos que bajaban en los que subían manteníamos nuestro peso y un rayo magnético ubicado sobre el foso nos hacia levitar.

Cuando nos reportamos con Mavia, ésta le pidió a Calissia que presidiera el juicio por insubordinación de uno los hombres reproductores. Alguien sugirió que quizás yo podría estar interesada en presenciar el juicio, acepté de inmediato y me dispuse a acompañar a Calissia de vuelta al doceavo piso.

Encontramos un grupo de cinco mujeres sentadas cómodamente con el acusado frente a ellas, con la cabeza echada hacia atrás y un luz de rebeldía que emanaba de sus encantadores ojos oscuros.

Calissia ocupó su lugar y me indicó que me sentara junto a ella. Entonces, le pidió a todas las presentes, incluyendo a los hombres, que se pusieran los cascos de ondas de pensamiento para que yo pudiera seguir el juicio. Mientras una de las mujeres buscaba y repartía los cascos yo me puse a estudiar al acusado.

Firme con un árbol se paró frente nuestro. Era muy apuesto. Supongo que al ser mujer era natural que lo primero que noté fuera su atractivo físico.

En mi mundo no había tenido mucho tiempo para relacionarme con hombres, estaba lejos de ser promiscua. Algún día, de encontrar al hombre correcto, estaría dispuesta a casarme. Pero de alguna manera se las han ingeniado para alejarme, ya sea porque los hombres con los que he tenido contacto me han generado rechazo o los que si me han atraído han terminado por ahuyentarme con sus aires de superioridad.

Pero volviendo al juicio. Calissia estaba hablando.

¿Cuáles son los cargos contra este acusado?

Una de las mujeres se levantó y dijo. Está acusado de sedición, lo atrapamos intentando convencer a los demás a levantarse contra el presente sistema de gobierno. Tenemos un testigo.

Calissia llamó al testigo y otro hombre fue escoltado al estrado. Sus aires de excesivo servilismo me disgustaron y noté que incluso las otras mujeres lo miraban también con desprecio.

¿Nombre y posición?preguntó Calissia.

Mi nombre es Soonta, de la Sección Frontal, número seisrespondió el recién llegado dedicándole una maliciosa mirada al acusado. Ese hombre ha sido fuente de problemas desde que lo trajeron aquí desde el cuarto de entrenamiento.

Eventualmente declaró que prefiere morir antes de someterse a vivir de esta manera. Se rehusó a atender a las mujeres cuando vienen a vernos y se encerró en su cuarto ofuscado. He intentado de todo para ayudarlo a acostumbrarse a esta vida pero es inútil.

Muy bien Soonta, tomo nota de tu lealtad. Puedes retirarte ahora. Acusado, ¿cómo es tu nombre y qué tienes que decir en tu defensa?

El acusado habló y una sensación de empatía me atravesó el cuerpo al escuchar su orgullosa respuesta.

Mi nombre es Joburza y los cargos contra mí son perfectamente reales. Despreció el presente sistema de gobierno y las odio a ustedes las mujeres. Son tiranas de las peor clase. Me rehusó a someterme a mi rol de reproducción. Con gusto aceptaré mi condena a la Cámara Letal.

Sin dudasdijo Calissia con desprecio. Pero creo que con un poco de tratamiento en el cuarto de coma eléctrico para reducir tu capacidad intelectual y una pasada por el rayo esterilizador estarás listo para ocupar tu lugar con los hombres del treceavo piso.

Joburza visiblemente desanimado dijo

.Se lo ruego. ¡Concédame la bendición de la muerte!

Las mujeres rieron y una de ellas dijo

.Una vez que pases por el reductor de inteligencia no te importara demasiado. Te daremos un trato especial para erradicar ese orgullo.

¡Tenga piedad!suplicó Joburza.

Yo, que ya no podía soportar tanta crueldad, hice uso de mi condición de visitante bien recibida para pedir permiso para hablar.

Me gustaría hacer una solicitud. Soy una mujer como ustedes. Si esto no ofende sus costumbres me gustaría pedirles que me dejen tener a este prisionero para disponer de él como me plazca

Mi pedido fue recibido por un silencio estupefacto y Joburza me miró con sospechas.

Le molestaría compartir con nosotras ¿qué es lo desea hacer con él? preguntó Calissia.

Quiero llevarlo de vuelta conmigo a mi dimensión para...pensé desesperadamente, ¡para realizar experimentos científicos!

Un pedido particularafirmó Calissia.

Pero en fin, tenerte aquí es una situación particular de por sí. ¿Qué dicen camaradas gobernantes? Personalmente, estoy a favor. Por lo menos es una forma novedosas de castigo.

Las otras cinco mujeres acordaron y yo escondí cuidadosamente mi entusiasmo. Pedí hablar con el prisionero a solas. Cuando las demás se fueron le pregunté si estaba contento porque lo había salvado de su castigo.

No lo séreplicó con severidad. Quizás los experimentos que tienes planeado para mí terminen siendo aun mas degradantes.

¡Pobre Joburza!le dije. ¡Alégrese! No tengo intenciones de experimentar con usted. Solo lo dije para que accedieran y puedas irte conmigo. Quiero ayudarte.

¿Ayudarme?preguntó. ¿Esto significa que...?

 Significa, Joburza, que voy a llevarte a mi mundo, donde todos, hombres y mujeres por igual, tiene la posibilidad de vivir y trabajar. Serás libre, absolutamente libre, libre para hacer de tu vida lo que quieras. ¿Ahora lo comprendes?

¿Es eso posible?murmuró. Parece ser demasiado bueno para ser verdad. ¿Cómo puedo agradecerte?

No hay necesidad. Cuando lleguemos a mi mundo quiero que me demuestres con tu conducta que no he cometido un error.

¡Así lo haré!prometió él, con lágrimas de agradecimiento en sus ojos.

En ese momento Calissia entró y me dijo que Mavia deseaba verme en su oficina.

Creo que tiene buenas noticias para ti.

Le pedí que se ocupara de mi prisionero y me apresure a ver a Mavia.

¡Hey!dijo en tono burlón. Me enteré que te hiciste con un prisionero. Entregarle un prisionero a los habitantes de la tercera dimensión es hilarantedijo riendo a carcajadas.

¡Si es verdad!respondí sonriendo.

Tengo algo que quiero mostrarte.

En un parte de su oficina había un dispositivo que asumí era alguna especie de radio. Mavia hizo girar unos diales y el muro inmediatamente arriba de la maquina se encendió. En él pude ver los arboles carmesí sobre una puesta de sol, y una gigantesca esfera color lavanda que lentamente desaparecía en el horizonte. ¡Guau!exclamé. ¡Televisión! Qué belleza. Parece como si estuviéramos mirando el mundo exterior.

Espera un segundo. Mavia ajusto uno de los diales y conectó un pequeño cable. De repente, tuve la sensación de que estaba viajando a una velocidad sorprendente. El paisaje pasaba volando a mi lado. Montaña tras montaña pasaban junto a mí en segundos.

Esas son nuestras otras ciudades. Una onda bifocal recoge estas imágenes y las reproduce en la pantalla camino a su objetivo. Observa con atención, esto puede interesarte.

La ultima montaña quedo atrás. Llegamos al final de la vegetación carmesí. Grandes sectores áridos pasaron rápidamente a mi lado. A la distancia, pero acercándose rápidamente, había una niebla densa y purpura. Por algunos segundos la pantalla quedó completamente tapada por bruma. Se aclaró y llegamos a lo que parecía ser una enorme granja de abejas.

Ese era nuestro objetivo. Pasamos junto a las colmenas. Las llamaba colmenas pero en realidad eran casas. Giramos bruscamente y una colmena mucho mas grande que cualquier otra llenó la pantalla. 


Continuará...

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