A través de la Rayo Hewitt capítulo 6 Final

El conflicto es inevitable, mientras la segunda evolución planea su ataque, Lucile descubre finalmente el paradero de su padre.  ¿Podrá rescatarlo y traerlo a casa sano y salvo?

Fin de esta fantástica aventura Raypunk.

Capitulo VI

¡Papá!

De repente la pantalla cambió. Habíamos penetrado los muros y una gran puerta de metal, hasta llegar a un salón.

Reconocí a las criaturas de grotesca apariencia por la descripción que Mavia había hecho de ellas, eran los seres de la Tercera Evolución. Y en el medio del salón, hablando muy seriamente estaba él.

¡Papá!grité, olvidando por completo que era apenas una reproducción de algo que sucedía a cientos de kilómetros.

¿Ese es Padre?preguntó Mavia. ¡Eso pensé! Lo localizamos hace una hora y cincuenta de nuestras mejores exploradoras han ido a rescatarlo. Ya no tienes que preocuparte por Padre. En poco tiempo estará aquí. ¿te gustaría observar la batalla? No, pensándolo bien creo que sería una escena horrenda. Apagó la pantalla.

Veras continuo hablando, al enviar a las exploradores a rescatar a Padre los Terceros no esperaran otro ataque tan pronto así que podemos atacar esta noche y tomarlos desprevenidos.

Le pedí a Mavia que volviera a encender la pantalla pero en su lugar empezó a preguntarme sobre el Rayo Hewitt. Le conté todo lo que entendía sobre su funcionamiento y ella sugirió que mientras esperábamos deberíamos localizar la cueva donde dejé el segundo modelo de la máquina.

Mientras ella guiaba el ojo invisible por el bosque le dijesupongo que estás ansiosa por deshacerte de nosotros. Mi padre y yo estamos causando demasiados problemas.

En absolutorespondió. Disfrutamos mucho el tenerte aquí, pero solo como visitante. Cuando tu visita termine debes regresar a tu mundo.

Hay algo que me tiene desconcertada y me pregunto si quizás tu sabes que sucedele dije. Siempre pensé que si un ser de una dimensión cruza a otra, las cosas tendrían para esa persona una apariencia extraña, ángulos raros e intersecciones. ¿cómo es que todo aquí luce igual que en mi mundo?

Entiendo lo que dicesrespondió Mavia. Pero cuando un objeto pasa de una dimensión a otra asume de inmediato las proporciones y dimensiones del nuevo plano de existencia. Es por eso que tenemos una apariencia normal ante tus ojos y tú ante los nuestros.

Localizó la cueva donde había dejado la maquina, anotó los números que indicaban la posición exacta del lugar, presionó un botón y le ordenó a una mujer entrar y recuperarla.

Volvimos al apartamento y nos refrescamos con un baño radioactivo. Mientras descansábamos tocaron a la puerta, la puerta se abrió y papá entró junto a sus rescatadoras.

Corrí a abrazarlo y no podía dejarlo ir de tanta alegría.

¡Valgame! ¿Eres tú, Lucile?los ojos de papá titilaban. Por un momento pensé que una de esas extrañas mujeres me estaba abrazando.

Entre risa y risa, Mavia despachó a las exploradoras y ordenó comida para los tres. Papá nos contó sus experiencias. Le brillaban los ojos de alegría mientras nos relataba emocionado todos los conocimientos científicos que había adquirido en este viaje. No parecía percatarse que había estado en grave peligro.

Sabedijo dirigiéndose a Mavia, esos Terceros, como se llaman a sí mismos, son unas criaturas increíblemente brillantes. Señorita Mavia, ¿sabía usted que estuve a punto de dirigir una guerra en su contra? Los Terceros me dieron a entender que eran salvajes que amenazaban con tirar abajo su civilización y todo su acumulado conocimiento científico. Y aquí estoy entre ustedes, un grupo de hermosas damiselas jugando a la política.

Como vera hacemos un poco mas que jugardijo Mavia con frialdad. Y en cuanto al conocimiento científico, descubrirá que no estamos muy por detrás de los Terceros. Ahora, Lucile, voy a estar muy ocupada durante la siguiente hora o dos. Hemos decidido adelantar la hora del ataque y debo irme. Padre y tu son libres de circular por la ciudad.

Mavia, antes de que te vayas quería...

No, nada de gracias. Eres nuestra invitada y era nuestro deber ayudarte.Y se marchó.

Papá y yo nos quedamos mirando. Con preocupación me dijo¡Bueno jovencita! Ahora quiero saber ¿cómo se te ocurrió seguirme hasta aquí?

¡Vamos papá! No uses ese tono conmigo. Me muero de curiosidad, quiero saber cómo fuiste rescatado. Mavia apagó la pantalla antes de que empezara el rescate. ¿Qué sucedió?

Bueno, no puedo decirte mucho mas. Estaba en medio de mi explicación sobre el uso de explosivos en la batalla ante el Codrom, es decir el líder de los Terceros, cuando de repente los muros del salón empezaron a temblar. Rayos de luz entraron por las aberturas y vaporizaron a los Terceros. Para mi sorpresa los rayos destruyeron absolutamente todo el edificio, dejándome ahí, sano y salvo en medio de todo.

Fue entonces que un grupo de jóvenes mujeres con curiosas armaduras entraron violentamente al salón, me tomaron por la fuerza y me sacaron del edificio por la abertura mayor. Ahí pude ver varias aeronaves rodeando el edificio y disparando mortíferos rayos para destruirlo. Presumo de verlos en acción que esos rayos son algún derivado de rayo ultravioleta de frecuencia muy baja, que una vez que la longitud de onda alcanza...

¡Papá!lo interrumpí impaciente¿Qué sucedió después?

Bueno, casi inmediatamente después levantamos vuelo. Estuve congelado por el miedo durante varios minutos, y lo digo literalmente. Como sabes nunca me había subido a un aeroplano antes, pero no pasó mucho tiempo hasta que la agitación fue tal que alejó el miedo a volar de mi mente.

Cuando nos aproximamos a las nieblas purpuras la piloto me dio un traje aislante. Esas nieblas purpuras, como sabrás, son la principal protección de los Terceros. Hasta el momento nada ni nadie había podido atravesarlo y seguir con vida pero estas mujeres parecen haber encontrado una forma de protegerse. Atravesamos las nieblas y aquí estamos.

Me alegra que estés aquí y no con los Terceros, ya que después de esta noche ya no habrá mas Tercerosle dije, intentando que comprendiera lo peligrosa que había sido su posición.

Si, si, lo sé. Es terrible. Poseer un conocimiento científico como el que tienen estas maravillosas personas y utilizarlo para destruirse mutuamente. No entiendo, los Terceros han descubierto que la vida es apenas...

Anticipando un largo discurso científico lo interrumpí.

Papá, deberías bajar al onceavo piso y ver lo que estas mujeres han hecho en materia de ciencias.

Lo deje ahí, feliz en su propio ambiente, y me apresuré a buscar a Mavia.


La encontré en su oficina y le rogué que me dejara ir con ella al combate. Se rehúso rotundamente pero me prometió que podría utilizar la pantalla para seguir el combate desde ahí. Mientras hablábamos entró una exploradora y pasó su reporte.

Los Terceros, al parecer, habían tenido éxito en comunicarse con los seres de la segunda dimensión y miles de ellos habían cruzado y ocupaban ahora las nieblas purpuras, y que estas a su vez rodeaban por completo los dominios de la Tercera Evolución.

¡Maldición!dijo Mavia, o cualquiera sea el equivalente de eso en su lengua.

¿Puedo hacer una sugerencia? pregunté timidamente.

Si, por supuestodijo Mavia exaltada. Si tienes una forma de ayudarnos dila de inmediato.

Si utilizamos el Rayo Hewitt de mi padre, podría transportarte a ti y a todo tu ejercito y situarte justo en el medio de sus dominios. Los seres de la segunda dimensión no podrán dañarlas cuando atraviesen la niebla.

Hmm. Y una vez que entremos podremos acabar rápidamente con los Terceros. Pero, jovencita, has considerado que cuando hayamos acabado con ellos ¡no podremos regresar a casa!

Sonreí triunfante.

Mavia, si me llevas contigo, te prometo que las traeré a salvo a través de las nieblas.

Ciertamente eres una jovencita muy determinada ¿verdad? ¡muy bien! Te has ganado un lugar en nuestras filas.

Las siguientes horas fueron muy extremas. Siguiendo mis indicaciones, Mavia ordenó construir un Rayo Hewitt adicional, y las científicas con ayuda de papá la armaron en muy poco tiempo. Y ademas me dieron mi propio traje aislante.

Te protegerá de los rayos de los Terceros, pero que tu deidad, cualquiera que sea, te ayude si entras en contacto con los seres de la Segunda Dimensión.

¿Qué tipo de arma utilizan?¿Es realmente tan terrible?pregunté.

Ese es el temarespondió una de las exploradoras que se estaba poniendo el traje detrás mio. No lo sabemos. Son criaturas aladas enormes de apariencia repugnante. Sus cuerpos emiten rayos eléctricos que aniquilan todo lo que tocan. Por alguna razón solo pueden subsistir en esta dimensión es dentro de las nieblas purpuras que están cargadas de electricidad.

Finalmente estuvimos listas. Las dos máquinas de Rayos Hewitt fueron trasladadas a la cima de la montaña y Papá fue el encargado de operar la que nos enviaría hasta allá. Imaginen, si pueden, la escena. Papá en un extremo de la montaña con su maquina de Rayos Hewitt y la otra máquina en el centro de la montaña, custodiada por una escolta de cincuenta mujeres cuya única misión era protegerla de los rayos enemigos. Dispersadas en formación estaban las mujeres guerreras, no solo de nuestra ciudad sino de las otras setenta y ocho también. Columna tras columna de mujeres con armaduras brillantes.

Mavia, que estaba apostada junto a mi, dio la señal y en un segundo estábamos en la cima de la montaña y al siguiente en el interior del circulo creado por las nieblas purpuras.

Entonces, ¡el infierno se desató! Nuestras mujeres se dispersaron y sembraron destrucción a su paso. Las casas tipo colmenas que teníamos mas cerca colapsaron y se convirtieron en polvo cuando fueron alcanzadas por el destructivo rayo que blandían nuestras tropas. Los Terceros de las demás colmenas se retiraron rápidamente y se montaron sobre enormes maquinas que disparaban rayos de luz.

Sus rayos tenían mejor enfoque que las nuestras pero el traje aislante funcionaba y casi no sufríamos daño, con un par de excepciones cuyos trajes asumo estaban defectuosos y cayeron rendidas al piso.

Me volví a ver si la maquina de Rayos Hewitt había sufrido algún daño. Las cincuenta mujeres que la rodeaban emitían rayos de luz en todas direcciones y formaban una barrera de luz que, mas tarde aprendí, podía reflejar cualquier rayo destructivo que pudiera estropear la maquina.

 

Era todo muy emocionante pero a la vez completamente distinto a las sangrientas carnicerías que alguien de mi mundo esperaría encontrar en una batalla, era casi como una puesta en escena de la que yo formaba parte.

Marché con el resto de las soldadas y disparé contra los Terceros y sus hogares. Eran criaturas de un aspecto tan inhumano, con delgados cuerpos como maquinas y cabezas gigantescas que cuando sucumbían y desaparecían ante mi rayo no sentía la repugnancia que sí hubiese sentido si hubieran tenido un aspecto mas humano. En lugar de eso, festejé salvajemente cada victoria.

Marchamos desde el centro hasta el límite con la niebla purpura, no dejamos cuerpo alguno en nuestro camino excepto por el de las mujeres que cayeron abatidas ante los rayos de los Terceros. Cuando llegamos a la niebla dirigimos nuestros rayos hacia ella intentando alcanzar alguna de las gigantescas criaturas que la habitaban.

Ahora que estábamos tan cerca podíamos verlas, claramente, gigantescos cuerpos con alas de murciélago y cabezas pequeñas. Sus feroces ojos rojos ocupaban gran parte de la superficie de sus pequeñas cabezas. Nos rugian y arrojaban sus rayos eléctricos contra nosotras.

Nos retiramos a una distancia segura y les gritamos desafiante. Cansadas por el combate, el ejercito victorioso de mujeres regresó cantando y gritando hasta la máquina de Rayos Hewitt que seguía bien custodiada.

Era mi deber entonces operar la máquina no tenía intención de quedarme atrás. Ajusté el control automático como Papá me había enseñado, y me ubiqué rápidamente en mi lugar.

El rayo de brillo tenue se disparó y volvimos a la cima de la montaña. Papá, quien había esperado ansioso mientras seguía la batalla a través de la pantalla de observación de Mavia, se apresuró a recibirnos.

Lucile, no sabía que eras una salvaje sanguinaria. ¡Te observé por la televisión y ciertamente hiciste tu parte de destrucción y parecías disfrutarlo en gran manera!

Bueno, Papá, si tu te lanzas a la aventura en tierras extrañas no puedes culpar a tu hija si decide seguir tus pasos.

Aun asídijo con los ojos brillantes, será mejor que nos vayamos a casa antes de que encuentres otras formas de meterte en problemas.

Siadmití. Tengo solo tres semanas de licencia y debo descansar un poco antes de regresar a trabajar.

Mientras Papá reajustaba el Rayo Hewitt para llevarnos de vuelta, mandé a buscar a Joburza, mi prisionero, y se lo presenté a papá. Le conté sobre el juicio y sus resultados.

Papá se rió y dijo Vaya vaya, nunca escuché de una mujer que no quisiera llevarse alguna especie de recuerdo de sus viajes. Supongo que debo agradecer que solo trajiste uno.

Claro que siacordé divertida.

Entre amistosas despedidas de nuestras extrañas amigas y con su afectuosa invitación a regresar algún día resonando en nuestros oídos, Papá, yo y nuestro prisionero atravesamos el rayo y en pocos segundos nos encontramos en el laboratorio de mi padre.

Despiertagrité, sacudiendo a Marion, que se había dormido junto a la maquina de ondas de luz ¡Hemos regresado!

Aunque estábamos exhaustos, nadie pudo dormir esa noche. Marion demandó que le contáramos cada pequeña detalle de nuestras aventuras. Nos tomó casi toda la noche contar la historia por completo y explicar las extrañas cosas que habíamos encontrado en la otra dimensión. Marion se anotó para integrar el grupo que iría en el próximo viaje. Estaba muy interesada en las mujeres de la cuarta dimensión.

Siempre pensé que nosotras nos habíamos emancipado, pero esta Mavia y su gente se emanciparon al cuadrado.

Mientras desayunábamos bien temprano, le pregunté a Papá¿por qué tú y yo nos materializamos en distintos lugares? Tú en el país de los Terceros mientras que yo me materialicé junto a los salvajes Primeros.

Papá explicó . Debido a la curvatura del espacio, no viajamos en linea recta. Tú partiste un tiempo después que yo y por lo tanto apareciste al otro lado del circulo. ¿Entiendes?

Siii, creo que sirespondí dubitativamente.

Joburza, a quien rebautice John, se ajustó fácilmente a nuestra vida. Aprendió nuestra lengua rápidamente pero la hablaba con un pintoresco y curioso acento. Papá, al descubrir que tenía aptitud para la ciencia, lo llevo a su laboratorio y lo tomó como asistente aprendiz.

Mi hija no siguió mis pasos, así que he adoptado a este muchachoexplicaba riendo a sus amigos.

Me agradaba mucho John pero solía exasperarme con su excesiva timidez para con las mujeres. Pobre muchacho, no podía evitarlo por la forma en que fue criado.

Un día, como seis meses después, regresé a casa por mis tres días de descanso y encontré a John recibiendo una severa reprimenda de nuestra ama de llaves. La despaché para que siguiera con su trabajo y me volví hacia John.

¿Por qué haces esto John?¡Animate! Recuerda que eres un hombre. Olvida tu vida pasada. Ahora estás en este mundo. Recuerda, no hay nada que temer. Las mujeres no pueden lastimarte. Repitelo para ti mismo, Soy un hombre ¡y actúa como tal! Si una mujer no acuerda contigo se frontal y dile lo que piensas. Le gustará. Inténtalo y veras que funciona.

Creo que lo harédijo John y ¡me tomó de los brazos y me beso!

¡John!grité asombrada. ¿Por qué hiciste eso?

Mi padre que estaba parado junto a la ventana se largo a reír. Pobre John solo seguía tu consejo. Se frontal, en serio Lucile , creí que querías que los hombres admitieran la superioridad de las mujeres.

Si buenorespondí despreocupada, mirando a John con el rabillo de mi ojo. Creo que depende de que hombre estemos hablando.

Oh ya veoPapá sonrió y con exagerado sigilo abandonó la habitación.

 

FIN

A través del Rayo Hewitt capítulo 5

 Lucile ha hecho contacto con la segunda evolución de la cuarta dimensión, una sociedad gobernada por mujeres que la ha deslumbrado. ¿Qué sorpresas le esperan explorando esta civilización?



Capitulo V


Exploración

Calissia resultó ser una agradable compañera y me llevo a explorar la ciudad. Bajamos por un agujero expreso desde el tercer piso al onceavo. Ahí trabajaban las científicas.

El piso entero era un inmenso laboratorio y conocí a muchas mujeres que habían oído hablar de mi presencia y estaban ansiosas por conocerme. Muchas de ellas intentaron explicarme lo maravilloso de sus experimentos pero me temo que la mayoría eran demasiado complejos para mí. Pero papá la hubiera pasado de maravillas.

En el doceavo piso estaban las habitaciones de los hombres destinados para la reproducción. Debo admitir que estaba ansiosa por conocerlos. Fuimos directamente a la sala de recreación donde encontramos a cientos de hombres, algunos caminaban sin rumbo y otros estaban recostados leyendo. No eran tan altos como las mujeres y estaban vestidos prácticamente de la misma manera. Esperaba encontrar un grupo de timoratas criaturas pero en su lugar encontré un grupo de hombres que excepto por su particular cabello hasta los hombros podrían pasar por hombres de mi propio mundo.

En el piso siguiente, sin embargo, mis expectativas estaban mas que justificadas. Los hombres en ese lugar estaban peinados y perfumados y con sofisticadas vestimentas, no pude soportar su timorata mirada por lo que le pedí a Calissia que nos largáramos de inmediato.

El quinceavo piso albergaba la guardería de la ciudad, donde niños y niñas eran cuidados por los insectos gigantes. ¡Esos pobres pequeñuelos! Lo único que hacían eran caminar muy seriamente de aquí para allá o jugar tranquilamente con juguetes educativos. No parecían tener la misma espontaneidad y alegría de vivir característico en los niños y niñas de nuestro mundo.

En el piso dieciséis estaba el hospital, las mujeres ejercían como doctoras y asistentes trabajando en forma mas que eficiente. Recorrimos los siguientes catorce pisos donde conocí las fabricas y los centros de manufacturas.

El piso treinta y uno lo exploré extensivamente.

Preparaban grandes cantidades de comida y pensé qué alivio representaría un sistema así para miles de agotadas amas de casa. Utilizaban gigantescos refrigeradores automáticos para mantener la comida fresca.

A continuación, visitamos los niveles agrícolas. Desde el piso treinta y dos al cincuenta incluido donde habían hectáreas tras hectáreas de cultivos. Con inmensas luces colgando sobre ellos para proporcionar la luz solar necesaria para que crezca el alimento, y con un sofisticado sistema de irrigación. Aquí también estaban los insectos, de aquí para allá manejando la producción industrial de alimentos.

El piso cincuenta y uno estaba, según me informó Calissia, destinado para uso exclusivo de las hormigas gigantes, donde vivían, se reproducían y se las entrenaba. Cuando decline visitar ese piso Calissia sugirió que deberíamos regresar al apartamento de Mavia.

¿No hay mas pisos que estos?pregunté.

Si clarorespondió Calissia. Muchos mas, algunos incluso bajo la tierra, pero se utilizan principalmente como graneros, depósitos y mausoleos para las cenizas de nuestros muertos. Y debajo de eso están las antiguas prisiones que han quedado en desuso.

¿Qué hacen con los prisioneros si ya no utilizan las prisiones?

No tenemos prisioneros. Si alguien manifiesta una tendencia criminal la tratamos científicamente para erradicar tales impulsos. Si los tratamientos son efectivos es devuelta a la sociedad. Si no lo son, nos deshacemos de ella en forma indolora.

En el camino de vuelta mientras subíamos por el foso, Calissia me enseñó los contenedores de donde emanaba la luz solar artificial sanitaria que se difuminaba en forma equilibrada sobre toda la ciudad. Y junto a ella, la máquina que fabricaba el aire artificial que respiraban.

Para entonces habían llegado a un foso expreso que nos llevo directamente al tercer piso. Sentí curiosidad por la fuerza invisible que nos hacia subir rápidamente por el foso y pregunté cómo funcionaba. Calissia me explicó que a diferencia de los que fosos que bajaban en los que subían manteníamos nuestro peso y un rayo magnético ubicado sobre el foso nos hacia levitar.

Cuando nos reportamos con Mavia, ésta le pidió a Calissia que presidiera el juicio por insubordinación de uno los hombres reproductores. Alguien sugirió que quizás yo podría estar interesada en presenciar el juicio, acepté de inmediato y me dispuse a acompañar a Calissia de vuelta al doceavo piso.

Encontramos un grupo de cinco mujeres sentadas cómodamente con el acusado frente a ellas, con la cabeza echada hacia atrás y un luz de rebeldía que emanaba de sus encantadores ojos oscuros.

Calissia ocupó su lugar y me indicó que me sentara junto a ella. Entonces, le pidió a todas las presentes, incluyendo a los hombres, que se pusieran los cascos de ondas de pensamiento para que yo pudiera seguir el juicio. Mientras una de las mujeres buscaba y repartía los cascos yo me puse a estudiar al acusado.

Firme con un árbol se paró frente nuestro. Era muy apuesto. Supongo que al ser mujer era natural que lo primero que noté fuera su atractivo físico.

En mi mundo no había tenido mucho tiempo para relacionarme con hombres, estaba lejos de ser promiscua. Algún día, de encontrar al hombre correcto, estaría dispuesta a casarme. Pero de alguna manera se las han ingeniado para alejarme, ya sea porque los hombres con los que he tenido contacto me han generado rechazo o los que si me han atraído han terminado por ahuyentarme con sus aires de superioridad.

Pero volviendo al juicio. Calissia estaba hablando.

¿Cuáles son los cargos contra este acusado?

Una de las mujeres se levantó y dijo. Está acusado de sedición, lo atrapamos intentando convencer a los demás a levantarse contra el presente sistema de gobierno. Tenemos un testigo.

Calissia llamó al testigo y otro hombre fue escoltado al estrado. Sus aires de excesivo servilismo me disgustaron y noté que incluso las otras mujeres lo miraban también con desprecio.

¿Nombre y posición?preguntó Calissia.

Mi nombre es Soonta, de la Sección Frontal, número seisrespondió el recién llegado dedicándole una maliciosa mirada al acusado. Ese hombre ha sido fuente de problemas desde que lo trajeron aquí desde el cuarto de entrenamiento.

Eventualmente declaró que prefiere morir antes de someterse a vivir de esta manera. Se rehusó a atender a las mujeres cuando vienen a vernos y se encerró en su cuarto ofuscado. He intentado de todo para ayudarlo a acostumbrarse a esta vida pero es inútil.

Muy bien Soonta, tomo nota de tu lealtad. Puedes retirarte ahora. Acusado, ¿cómo es tu nombre y qué tienes que decir en tu defensa?

El acusado habló y una sensación de empatía me atravesó el cuerpo al escuchar su orgullosa respuesta.

Mi nombre es Joburza y los cargos contra mí son perfectamente reales. Despreció el presente sistema de gobierno y las odio a ustedes las mujeres. Son tiranas de las peor clase. Me rehusó a someterme a mi rol de reproducción. Con gusto aceptaré mi condena a la Cámara Letal.

Sin dudasdijo Calissia con desprecio. Pero creo que con un poco de tratamiento en el cuarto de coma eléctrico para reducir tu capacidad intelectual y una pasada por el rayo esterilizador estarás listo para ocupar tu lugar con los hombres del treceavo piso.

Joburza visiblemente desanimado dijo

.Se lo ruego. ¡Concédame la bendición de la muerte!

Las mujeres rieron y una de ellas dijo

.Una vez que pases por el reductor de inteligencia no te importara demasiado. Te daremos un trato especial para erradicar ese orgullo.

¡Tenga piedad!suplicó Joburza.

Yo, que ya no podía soportar tanta crueldad, hice uso de mi condición de visitante bien recibida para pedir permiso para hablar.

Me gustaría hacer una solicitud. Soy una mujer como ustedes. Si esto no ofende sus costumbres me gustaría pedirles que me dejen tener a este prisionero para disponer de él como me plazca

Mi pedido fue recibido por un silencio estupefacto y Joburza me miró con sospechas.

Le molestaría compartir con nosotras ¿qué es lo desea hacer con él? preguntó Calissia.

Quiero llevarlo de vuelta conmigo a mi dimensión para...pensé desesperadamente, ¡para realizar experimentos científicos!

Un pedido particularafirmó Calissia.

Pero en fin, tenerte aquí es una situación particular de por sí. ¿Qué dicen camaradas gobernantes? Personalmente, estoy a favor. Por lo menos es una forma novedosas de castigo.

Las otras cinco mujeres acordaron y yo escondí cuidadosamente mi entusiasmo. Pedí hablar con el prisionero a solas. Cuando las demás se fueron le pregunté si estaba contento porque lo había salvado de su castigo.

No lo séreplicó con severidad. Quizás los experimentos que tienes planeado para mí terminen siendo aun mas degradantes.

¡Pobre Joburza!le dije. ¡Alégrese! No tengo intenciones de experimentar con usted. Solo lo dije para que accedieran y puedas irte conmigo. Quiero ayudarte.

¿Ayudarme?preguntó. ¿Esto significa que...?

 Significa, Joburza, que voy a llevarte a mi mundo, donde todos, hombres y mujeres por igual, tiene la posibilidad de vivir y trabajar. Serás libre, absolutamente libre, libre para hacer de tu vida lo que quieras. ¿Ahora lo comprendes?

¿Es eso posible?murmuró. Parece ser demasiado bueno para ser verdad. ¿Cómo puedo agradecerte?

No hay necesidad. Cuando lleguemos a mi mundo quiero que me demuestres con tu conducta que no he cometido un error.

¡Así lo haré!prometió él, con lágrimas de agradecimiento en sus ojos.

En ese momento Calissia entró y me dijo que Mavia deseaba verme en su oficina.

Creo que tiene buenas noticias para ti.

Le pedí que se ocupara de mi prisionero y me apresure a ver a Mavia.

¡Hey!dijo en tono burlón. Me enteré que te hiciste con un prisionero. Entregarle un prisionero a los habitantes de la tercera dimensión es hilarantedijo riendo a carcajadas.

¡Si es verdad!respondí sonriendo.

Tengo algo que quiero mostrarte.

En un parte de su oficina había un dispositivo que asumí era alguna especie de radio. Mavia hizo girar unos diales y el muro inmediatamente arriba de la maquina se encendió. En él pude ver los arboles carmesí sobre una puesta de sol, y una gigantesca esfera color lavanda que lentamente desaparecía en el horizonte. ¡Guau!exclamé. ¡Televisión! Qué belleza. Parece como si estuviéramos mirando el mundo exterior.

Espera un segundo. Mavia ajusto uno de los diales y conectó un pequeño cable. De repente, tuve la sensación de que estaba viajando a una velocidad sorprendente. El paisaje pasaba volando a mi lado. Montaña tras montaña pasaban junto a mí en segundos.

Esas son nuestras otras ciudades. Una onda bifocal recoge estas imágenes y las reproduce en la pantalla camino a su objetivo. Observa con atención, esto puede interesarte.

La ultima montaña quedo atrás. Llegamos al final de la vegetación carmesí. Grandes sectores áridos pasaron rápidamente a mi lado. A la distancia, pero acercándose rápidamente, había una niebla densa y purpura. Por algunos segundos la pantalla quedó completamente tapada por bruma. Se aclaró y llegamos a lo que parecía ser una enorme granja de abejas.

Ese era nuestro objetivo. Pasamos junto a las colmenas. Las llamaba colmenas pero en realidad eran casas. Giramos bruscamente y una colmena mucho mas grande que cualquier otra llenó la pantalla. 


Continuará...

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